Juncosa

El término de Juncosa tiene una extensión de 7.650 ha y una población que supera los 386 habitantes .

El nombre de Juncosa le viene dado porque, en su inicio, el lugar donde hoy está enclavado el pueblo era una colina rodeada de juncos (del latín juncus).

Dentro del núcleo urbano podemos visitar la plaza del Mig del Món, presidiendo el barrio del Castell, donde hay enclavada la piedra que escenifica la dicha popular que Juncosa es el medio del mundo, ya que, como demuestra el bache que existe en el tramo de la calle que hay debajo del pórtico de la plaza de la Iglesia, Dios clavó la punta del compás para dibujar el mundo.

No podemos olvidar la visita a la Iglesia Parroquial de la Natividad de Nuestra Señora, (construida entre los siglos XVIII y XIX y recientemente restaurada), con fachada y torre de estilo neoclásico. Si está cerrada, pueden pedir la llave al mosén llamando a la puerta de la rectoría, que está al lado de la Iglesia.

El retablo es una réplica del original y las pinturas evangelistas de la cúpula datan de la restauración del 1992.

También estaría bién echar una ojeada a los pórticos (conocidos popularmente por perxis), que fueron las puertas de acceso a la fortificación del siglo XIX y que hoy son conocidos como el barrio del Castell; uno mira a la fachada de la Iglesia Parroquial y el otro está a unos 50 metros y detrás de éste, presidiendo las cuatro esquinas.

Fuera del núcleo urbano a un kilómetro aproximadamente, debajo de una roca, se encuentra la Ermita de San Juan, donde era costumbre llevar en procesión a San Isidro (patrón del pueblo) por la Fiesta Mayor de Mayo, para que los dos santos hablasen y hiciesen los posibles para que el agua cayese del cielo para regar las tierras resecas del término; también era costumbre de pedirle a San Juan que intercediese para que se curasen las enfermedades, sobre todo las de las piernas y los brazos, haciendo ofrenda en cera de la parte del cuerpo que se había de curar. Un dicho popular dice que el agua que gotea de la roqueda y que va a la pila de piedra es buena para curar las enfermedades de los ojos.

Y continuando fuera del núcleo urbano se pueden visitar los restos del Castillo de Vall de Reig, que se encuentra en la cordillera que lleva su nombre, o acercarse a la Sisquella, donde hay un arco apuntado que data del siglo XII, así como los restos del Santuario de la Virgen de la Sisquella . Para redondear la visita por el término, estaría bién hacer una ruta por las más de 30 cabañas de bóveda y los diferentes aljibes de piedra, los pozos de hielo y la particular orografía del término.