Tarrés

Este pueblo tiene 107 habitantes y destaca por las fachadas de piedra vista de muchas de sus construcciones, que nos invitan a pasear para disfrutar de este armonioso conjunto urbano de casas y calles. De los edificios, cabe señalar la iglesia parroquial de la Assumpció de Maria, del siglo XVIII-XIX, donde sobresale un imponente campanario ochavado de dos cuerpos.

Muy cerca de la iglesia se encuentra Cal Magre (1809), que cuenta con una bonita fachada con soportales. También destaca el gran arco de medio punto que da entrada al Ayuntamiento.

En la población encontramos tres sitios curiosos: la plaza de La Font, que conserva todavía los aljibes para abrevar a los animales y lavar la ropa; la Ferreria, espacio que recoge las herramientas de la antigua herrería de Tarrés y la ermita de la Santa Creu, ya en las afueras, donde un antiguo pajar con su era se han convertido en lugar de culto.

La importante masa boscosa de su término municipal lo convierten en lugar ideal para practicar bicicleta de montaña y a la vez disfrutar de la naturaleza y la cultura en los circuitos de los caminos del agua en el secano y de la ruta de la cal, que permite conocer la actividad de la producción de cal que se desarrolló en el pueblo. Por los bosques todavía existen muchos de estos antiguos hornos de cal, así como otras construcciones de piedra seca: márgenes, cabañas de bóveda… Además, también son visibles muchas canteras, ahora sin explotar, desde donde salió parte de la piedra que se usó para construir el palacio del rey Martín el Humano en el vecino monasterio cisterciense de Poblet.

Tarrés celebra la Fiesta Mayor de verano el 15 de agosto por la Asunción de María.